dimarts, 27 d’octubre del 2009

En la molicie y en la estulticia




Em fan molt de mal els queixals. Estic rabiüt i m'ha canviat l'humor.
Aquest és un disseny del meu fill que he trobat al seu ordinador. Ja.


***
Oh, qué felices descansan mis huesos en mi matinal letargo, horizontales sobre el lecho! Cómo se transforma el sofá en una fuente de placer nunca bien ponderada cuando se encuentra con mi posición supina!
Llegado el momento, hay que reunir valor y apagar el cigarrillo rebelde que siempre despide humo a pesar de ser machacado con convicción, hay que retirar las mantas protectoras y apagar las noticias que nos han acompañado hasta ahora como una dulce nana (tal vez, en julio, dormiremos con el tour), estirar las piernas y los brazos, aventurarse a la cocina y comprobar extasiados el despropósito de la noche anterior: parece ser que hay trabajo, pero que nos quiten lo bailao porque Gemma Nierga nos acompaña con su turbadora voz en un sonsonete protector. 
Lavaplatos lleno, paellones que se reconcomen de placer al contacto con el esparto, grandes palas de profesionales del fogón (por las que Ferran Adrià pagaría lo que no está escrito como fuente de inspiración en su monacal retiro de dos años ) se distribuyen armónicamente colgadas de la pared, tal como si las hubiese tocado la varita del mago Merlín o de Harry Potter si fuésemos más jóvenes... Aquí no ha pasado nada.
Y ahora, a Mercadona.