dijous, 26 d’abril del 2012

Una de vídeos

Avui tocava un record al gran Robe Iniesta (clik!).

LA VEREDA DE LA PUERTA DE ATRÁS.

Si no fuera porque hice colocado el camino de tu espera me habría desconectado; condenado a mirarte desde fuera y dejar que te tocara el sol. Y si fuera mi vida una escalera, me la he pasado entera buscando el siguiente escalón, convencido que estás en el tejado esperando a ver si llego yo.
Y dejar de lado la vereda de la puerta de atrás, por donde te vi marchar como una regadera que la hierba hace que vuelva a brotar, y ahora es todo campo ya.
Sus soldados son flores de madera y mi ejército no tiene bandera, es sólo un corazón condenado a vivir entre maleza sembrando flores de algodón. Si me espera la muerte traicionera, antes de repartirme del todo me veo en un cajón: que me entierren con la picha por fuera para que se la coma un ratón... Muere a todas horas gente dentro de mi televisor; quiero oír alguna canción que no hable de sandeces y que diga que no sobra el amor, y que empiece en sí y no en no.
Y dejar de lado la vereda de la puerta de atrás, por donde te vi marchar como una regadera que la hierba hace que vuelva a brotar, y ahora es todo campo ya.


Dices que a veces no comprendes qué dice mi voz.
-¿Cómo quieres que esté dentro de tu ombligo?-
Si entre los dedos se me escapa volando una flor y ella solita va marcando el camino.
Dices que a veces no comprendes qué dice mi voz.
-¿Cómo quieres que yo sepa lo que digo?
Si entre los dedos se me escapa volando una flor y yo la dejo que me marque el camino.


(Extremoduro, 2002). Versió lliure (només en la puntuació, eh?)

dijous, 19 d’abril del 2012

Condicions


CONDICIÓ DE SUÏCIDA
-L’he trobada penjant d’un arbre, esta vesprada a l’albereda de ponent!
Alícia estava corpresa, s’havia quedat parada i maleint davant el balanceig del cadàver.
A poqueta nit, mentre feien el sopar, li ho explicava a Raül:
-Com ho veus? L’home buscant-la tot el dia, i li pega per penjar-se justament el dia de l’aniversari de la filla, amb la festa preparada a casa.
Asseguts a taula, degustant un cruixent pollastre al forn, Raül en va donar l’opinió:
-Ser un suïcida és un absurd, no conec imbecilitat major. Si penses que la teua vida és una merda, canvia de vida. Però continua vivint.
Eixa mateixa nit, Raül es va alçar del llit, sonàmbul, i es va tallar les venes.

CONDICIÓ D’INSOMNE
L’insomne planteja una qüestió de la màxima substància, difícil de resoldre.
Sònia havia deixat de fumar, i des de feia 8 mesos, se’n vanagloriava davant qui fóra. Estava tan pagada de si mateix, del que havia aconseguit amb esforç, fermesa, sofriment i esport!
Un matí, en despertar-se, es va trobar la boca pastosa i amb un regust de tabac al paladar. Què li havia passat durant la nit, sabent com se sabia sonàmbula?... Va deixar anar un ai quan a la cuina es va trobar un cendrer ple de burilles.

CONDICIÓ DE SONÀMBUL
-Ai, fill meu, l’ull dret del pare, el que més vull! Que tingues molt bona nit, somia amb els àngels, fins demà!
El gentil pare es va llevar de bon matí per fer al fill la besada de bon dia…

dijous, 5 d’abril del 2012

Un fin de semana en los locales del infierno.


         Tal vez los hoteles, hasta los imperturbables hoteles de lujo, guarden el pálpito nervioso de aquellos huéspedes que pasaron fugazmente por ellos, sin querer dejar huella de sus torpes intentos de consumar el acto.
         Pero tal vez, inesperadamente, se quedan sus fantasmas en las habitaciones amplísimas, en los ascensores perfumados, en la sofisticada cafetería del hotel.
         Y después, durante las cenas en locales abarrotados de Ciutat Vella, se pasean por las mesas importunando a aquellos clientes que intuyen su presencia pero no acaban de interpretarla, y toman otro bocado sin entender por qué pasó por su lado un halo ingrávido.
         Tal vez los carajillos libados en la fría terraza del Café Lisboa supieron a la celeridad con la que se consumían los cigarrillos por miedo a que el relente los helara.
         Después, precipitadamente, dos sombras salieron a pescar, a tirar al anzuelo en los caladeros de la noche y, huyendo de la prosaica sobremesa, pararon un taxi que conducía a ámbitos con un regusto más literario, ámbitos de penumbra húmeda, de vahos y sudores, de cuerpos enlazados y jadeos teatrales.
         En los locales del infierno los actores principales pasearon su esplendor desde el escenario a la platea, en cada dependencia oscura, en la densidad de los reservados para fumadores, en cada sorbo de gintónic. Y su intensidad fue tal que los espectadores irrumpieron en aplausos desde los ojos abiertos, desde las profundidades de su sexo primario.
         Al final de todo, no fue tal vez para tirar cohetes, pero el evento tuvo su aquél.